Muchas marcas utilizan el adjetivo artesanal. Pero son muy pocas las que pueden aplicarlo a todo el proceso de elaboración del pan. Vermont-Bonaparte es una de ellas. Después de la primera visita al obrador, vimos que no hacían panes; escribían pequeñas obras llenas de compromiso y honestidad. Esa reflexión marcó todo el contexto de la marca.
Este es un relato escrito por muchas manos. Pero en estas manos no encontrarás ninguna pluma. Ni tinta. Tampoco papel. En estas manos encontrarás agua y harina. Encontrarás el sentido y los sentidos para decidir el qué y el cómo en un oficio con 8.000 años de antigüedad. En estas manos encontrarás masa madre y sal. Y encontrarás paciencia, mucha paciencia. Sacos cargados de tiempo, espíritu crítico y esfuerzo que se consume entre trabajo bien hecho y creatividad. En estas manos encontrarás trigo y aromas. Encontrarás sensibilidad. Ingrediente innegociable. Depende de sensaciones saber cómo tenemos que tratar nuestro producto. Son manos enamoradas de la palabra artesanal. Fieles a sus raíces y que respetan la innovación cuando es para mejorar el producto, no para ganar tiempo. En estas manos encontrarás levadura y masa. Encontrarás capacidad para escuchar y entender para ofrecerte, de verdad, personalización. No quieren ser manos de panadero, quieren ser las manos de tu panadero. Queremos ser un relato con sentido y sensibilidad. Y harina, por supuesto.
Campaña on y off en medios especializados en canal HORECA para la captación de leads entre gerentes y propietarios de negocios de restauración. Un sector donde el pan 100% artesanal no es habitual.